CREACIÓN LITERARIA.
En esta
actividad tenemos que realizar tres creaciones literarias, cada una en un
género diferente: prosa, poesía y dramática. Se nos brinda la posibilidad de
hacer las tres para niños de la misma edad o bien para distinta edad,
utilizando algunas de las estrategias que se nos presentan en la teoría.
Después de meditarlo mucho y de darle muchas vueltas he decidido hacer cada
creación para una edad diferente. Y ello es porque creo que es la mejor manera
de demostrar que soy capaz de aplicar las diversas estrategias a niños en
distintos estadios de desarrollo evolutivo. Por ello, he optado por realizar la
creación en prosa para niños de 3-4 años, la poesía para 4-5 y la creación
dramática para 5-6. Pero no me ha resultado fácil, aunque creo que el resultado
final no está del todo mal y además me ha servido para enfrentar y superar
nuevos retos que al principio de la actividad creía casi imposibles de
alcanzar.
Creación en prosa.
Desde el
principio tenía claro que la edad a la que iba a destinar mi cuento eran los
tres años. Para ello tenía que pensar en una historia sencilla, que los niños
pudieran entender fácilmente y que les facilitará empatizar con el personaje,
para lo que tenía que ser fácilmente identificable.
El cuento es simple y corto para que los niños puedan asimilarlo y
contarlo. Además, la estructura interna es coherente, para que vayan
aprendiendo a razonar. El vocabulario es sencillo, accesible a su edad, que facilita
su comprensión y les ayuda a ordenar su pensamiento. Para ello, he procurado
que la estructura fuera lineal, cercana y reiterativa.
Tomás y la estrella Luzila
Érase una vez un niño llamado Tomás. Tenía
tres años y como se había roto una
pierna y le habían puesto una gran escayola no podía ir al colegio. Se pasaba los días encerrado en casa, tumbado
en su cama. Es verdad que tenía muchos juguetes pero como no podía caminar
tampoco podía jugar con ellos. En definitiva
que se aburría más que un mono en el Polo Norte.
Pero
cuando anochecía todo cambiaba. Desde su cama, a través de la ventana, podía
ver el cielo lleno de estrellas con sus destellos brillantes que formaban
curiosas formas como el Carro o la Osa Mayor. Tomás soñaba con poder viajar por
el espacio y poder tocar las estrellas.
Una noche descubrió una estrella nueva,
nunca la había visto antes. Era más pequeña que las demás pero brillaba más que
ninguna. Pero lo más curioso es que parecía que se movía y que cada vez estaba
más cerca. De pronto, zas, la estrella llegó hasta la ventana de Tomás. Una
enorme luz iluminó su habitación.
Tomás se asustó y se tapó con la sábana
pero oyó que desde la ventana la estrella decía: Tomás, me llamó Luzila y
quiero ser tu amiga. No tengas miedo y abre la ventana. Haciendo un gran
esfuerzo Tomás consiguió llegar hasta la ventana, la abrió y la estrella Luzila
entró.
Se sentó en el sillón al lado de la cama
y le contó que todos los niños tienen una estrella amiga en el cielo. Por eso
hay tantas estrellas como niños. Pero casi ninguno lo sabe y menos todavía saben
que si las llamas con mucha insistencia y amor la estrella baja a ver al niño y
le concede su deseo. ¿Cuál es tu deseo, Tomás?, le preguntó Luzila. Viajar por
el cielo y tocar las estrellas, respondió Tomás. Hecho, le contesto la pequeña
estrella.
Y desde entonces, todas las noches,
Tomás, sentado en un brazo de Lucila, recorre el cielo conociendo y saludando a
todas las estrellas.
Y colorín, colorado, este cuento se ha
acabado.
Creación en verso.
Desde muy pequeños los niños tienen contacto
la poesía, unas veces a través de las nanas y canciones infantiles, otras a
través de las canciones de corro y juego o los trabalenguas… Este primer
acercamiento es oral y espontáneo y, aunque a veces se trate de un género un poco
olvidado en Educación Infantil, nos indica el camino a seguir para introducir la poesía
en nuestra aula. Como destinatarios me he inclinado por los niños de 4-5 años pues a esta edad ya saben apreciar el sentido y la belleza de
los poemas y disfrutar con ellos.
Como en el caso de la prosa, también aquí he
leído atentamente las múltiples estrategias
para crear en verso y, después de valorar las diversas posibilidades, me he
quedado con el encadenamiento porque me parece una forma muy original y atractiva para los niños.
El empezar cada verso con la
misma palabra con la que acaba el anterior llama poderosamente su atención, les
mantiene expectantes, a la vez que les ofrece a ellos mismos la posibilidad de
hacer sus propios encadenamientos. Basta con darles una serie de palabras
sencillas y conocidas como, por ejemplo, jardín, árbol, flor y mariposa.
Por el mar navega un barco,
Barco, con un triste marinero,
El marinero está en la popa
En la popa, una jaula
En
la jaula hay un loro
Loro que canta una canción
Canción
que es del marinero un lamento
Lamento
por el amor de una joven
Joven
que se asoma a su ventana
Ventana
que da a un puerto
Puerto
al que llega un barco
Barco
con el marinero.
Creación dramática
Basta con observar a los niños de cinco o seis años para ver como la
interpretación, basándose en experiencias de su vida cotidiana, forma parte
importante en sus juegos. Mediante el juego dramático, los niños interpretan
diversos roles y experimentan conductas y sentimientos. Y mediante la
representación de sentimientos se entienden a sí mismos y a los demás. Pero,
además, la dramatización aporta otras ventajas para los niños, entre otras,
favorece la comunicación, potencia la creatividad y facilita la adquisición de
conocimientos.
Pero
mi obra no va a ser tan ambiciosa. Me conformo con que se lo pasen bien, venzan
temores, desarrollen su fantasía y disfruten con la dramatización. Para ello,
la obra habrá de ser coral, con múltiples personajes que permita intervenir a todos
los niños y con una historia sencilla pero atractiva a la vez.
Para su desarrollo ambientaremos un espacio con dibujos, sonidos, etc. y
los niños vendrán disfrazados de acuerdo con sus personajes. Para incrementar
su grado de implicación podemos invitar a los padres y madres a la
“representación”.
Pasemos, pues, sin más prolegómenos a
contemplar la representación dramática, protagonizada por los niños de 5.6 años
de mi clase, y cuyo título es:
La casa del gusano
-Narrador. En un lugar muy, muy lejano, había una vez un bosque
verde y frondoso donde vivían en paz y armonía todos los animales: leones,
jirafas, cocodrilos, cuervos, serpientes, ratones, erizos y toda clase de
insectos. Nunca había ningún conflicto porque si alguna vez dos animales tenían
algún problemilla acudían a la señora Urraca, que era la más sabia del lugar y
a la que todos respetaban, y ella siempre encontraba una solución satisfactoria
para todos. Pero un día todo cambió. Veamos lo que sucedió cuando el Sr. Erizo
se encontró en el claro del bosque con un objeto que nunca había visto:
-Sr. Erizo. Anda, ¿qué será esto? Nunca he visto nada así. Voy a
llamar al Sr. Ratón. ¡Sr. Ratón! ¡Sr. Ratón!
-Sr. Ratón. ¿Por qué grita, Sr Erizo? ¿Qué sucede? Debe de ser
algo importante para despertarme de mi fantástica siesta.
-Sr. Erizo. Por supuesto que sí. Mire, dijo señalando la “cosa”.
Quizás usted sepa lo qué es.
-Sr. Ratón. Pues no, dijo después de observar el objeto dando
una vuelta a su alrededor. Pero seguro que el Sr. Topo sí lo sabe.
-Narrador. ¡Sr. Topo!, dijo con voz suave el Sr. Ratón, pues,
como todo el mundo sabe, los topos son ciegos pero tienen un oído magnífico,
por lo que no hace falta gritar para llamarlos aunque estén lejos. El Sr.
Topo, saliendo de un agujero:
-Sr. Topo. Sr, Ratón, ¿Por qué razón me llamas a gritos?
-Sr. Ratón. Querido primo, delante de ti tienes un objeto que ni
el Sr. Erizo ni yo hemos visto jamás y he pensado que quizás tú con tu
fenomenal olfato puedas decirnos qué es.
-Narrador. El Sr. Topo se acerca y olfatea una y otra vez con
gran intención el objeto para finalmente exclamar:
-Sr. Topo. No me recuerda a nada que haya olido antes. Sea lo
que sea no ha salido de la tierra. No puedo ayudaros, pero a lo mejor sí puede
hacerlo el ruiseñor. ¡Sr. Ruiseñor!, ¡Sr. Ruiseñor!, gritó por dos veces porque
de no hacerlo así, como los ruiseñores están siempre cantando en lo alto de los
árboles, no le oiría.
-Sr. Ruiseñor. ¿Qué desea Sr. Topo?, dijo a la vez que se posaba elegantemente
en el suelo.
-Sr. Topo. Mire el objeto que le indica mi primo el Sr. Ratón y
díganos qué es.
-Sr. Ruiseñor.
Pues no lo sé. En los árboles de este bosque no lo he visto jamás. Pero quizá
la Sra. Serpiente lo sepa. ¡Sra. Serpiente! ¡Sra. Serpiente!
-Narrador. Breves instantes después se oye un ruido casi imperceptible,
como un siseo o un silbo, y la serpiente aparece descolgándose de una rama.
-Sra. Serpiente. Hola Sr. Ruiseñor y compañía. ¿Por qué me ha
llamado? Estaba a punto de cambiarme de camisa.
-Narrador. El Sr. Ruiseñor le cuenta lo intrigados que están
todos con el objeto desconocido y le pide ayuda.
-Sra. Serpiente. Siento defraudaros pero ni en los arbustos ni en los
árboles hay nada parecido. Pero seguro que Sr. Jabalí lo sabe. Sr. Jabalíííí.
-Narrador. De pronto se oyó un gruñido que cada vez se acercaba
más hasta que de entre los matorrales apareció un enorme jabalí, sucio de
barro, con dos colmillos como cuchillos, que gruñó:
-Sr. Jabalí. Espero Sra. Serpiente que lo que me tenga que decir
sea importante. No me gusta que me
molesten mientras me doy mi baño de barro.
-Narrador. Toma la palabra el Sr. Erizo que le cuenta el
misterio del objeto desconocido. Después, el Sr. Jabalí dijo ya más tranquilo:
-Sr. Jabalí. Sólo la Sra. Urraca, la más sabia entre nosotros,
puede aclarar este misterio. ¡Sra.
Urraaaacaaa!, gruño con todas sus fuerzas.
-Narrador. Al momento la Sra. Urraca aparece volando entre los
árboles y tras posarse graciosamente sobre el lomo del jabalí, preguntó
chirriando por el motivo de la llamada. Oídas las explicaciones y visto y
examinado el objeto, la urraca chirrió que la única solución era convocar una
asamblea de todos los animales del bosque para ver si alguien tenía la
solución. A continuación llamó al Sr. Gallo y le dijo:
-Sra. Urraca. Sr. Gallo, toque usted a Asamblea.
-Sr. Gallo. KIKIRIKI,
KIKIRIKI, KIKIRIKI, cantó por tres veces, subido a la rama de un árbol.
-Narrador. Cuando todos los animales llegaron la Sra. Urraca
les pidió ayuda para identificar el objeto. Varios animales hablaron:
-Sr. León. Nunca lo he visto.
-Sra. Ardilla. Yo tampoco y mira que me conozco todo el bosque.
-Sr. Cocodrilo. Del río no es.
-Sra. Rana. No, ni del río de los pantanos.
-Narrador. De pronto el Sr. Mono dijo:
-Sr. Mono. Pero si es muy fácil. Es una manzana que es una
fruta comestible que crece en los árboles del otro lado de las grandes
montañas. Lo sé porque allí viven mis primos a los que voy a ver de vez en
cuando. Ahora veréis que bocado le doy.
-Narrador. Pero cuando iba a morderla de la manzana salió un gusano.
-Sr. Gusano. No, por
favor, no la muerdas que es mi casa.
-Narrador y todos los personajes: Y colorín
colorado esta obra se ha acabado y esperamos que a todos os haya gustado.
hola compañera, para mi parecer, esta estupenda la actividad, juegas con las estrategias a seguir en cada momento de la actividad y además razonas la edad a la que va dirigida.
ResponderEliminarun saludo
Coincido con tu valoración.
EliminarGracias por tu amable comentario Blanca.Me alegro de que te haya gustado,pues verdaderamente yo he disfrutado con esta actividad y espero que quienes lo lean también disfruten.
ResponderEliminarSaludos.